Saturday, November 21, 2009

Consejos para terminar tirado en el barro, de una manera increíble...

Un sábado de lluvia cualquiera, podés encontrarte tranquilo en tu casa tomando un café y haciendo planes para la noche...
O en contra de todas las sugerencias de comportamiento estándar, salir a andar en bicicleta con el objeto de intentar encontrar un comercio abierto que te venda algunos CDs y DVDs grabables.

Llegan para ustedes, en una nueva entrega de conocimiento invaluable...

"Consejos para terminar tirado en el barro, de una manera increíble"
(O increíblemente pelotuda)

1) Vivir en medio de un pueblo semidesierto, sin que esto te importe demasiado.
2) Visualizar a lo lejos un atajo al local de Computación, dado que el camino se presta complejo por charcos, vegetación en exceso y pozos.
3) Concluir, luego de un crítico debate de ideas a nivel neuronal, en que la mejor opción es acortar la trayectoria del viaje pasando por la estación Querandí.
4) Ignorar por completo las leyes de la física, de manera consciente o no, sin advertir que el agua hace efectos cuando toma contacto con la superficie terrestre, en especial sobre la tierra propiamente dicha.
5) Desafiar tus propios límites de talento al volante y mirar con ganas una pendiente de al menos 60 grados de inclinación que desemboca en la parada del ferrocarril.
6) Tomar carrera de manera absoluta e inadmisiblemente innecesaria, a pesar de que sabés que la gravedad te va a aportar 9,81 metros sobre segundo al cuadrado de aceleración, en proporción a la masa del conjunto cuerpo-vehículo y el coseno del angúlo formado entre la anteriormente mencionada montañita y las baldosas del andén.
7) Ver como irremediablemente la rueda trasera resbala, junto con tu equilibrio, tu dignidad y las llaves del portón.



Este fue otro post de JuanM, aportando experiencias al criterio colectivo, por un mundo cada día más copado.

Número 99. Rumbo al Centenario...

Friday, November 20, 2009

Prejuicio

Mi teléfono celular viene con un juego incorporado que se llama 'Soccer 3D'...

No lo abro porque me da miedo pensar en lo malo que puede llegar a ser.

Thursday, November 19, 2009

Capicúa. Sube, sube, sube...

No espero que con la borrosa imagen lleguen a creerme, pero el número de boleto es 23832.
Y no me vengan con el triple cero a la izquierda, porque los ceros a la izquierda no cuentan.
Es un pasaje capicúa señores. Disfrútenlo como yo (?)



El otro día me dieron la nueva tarjetita en Pompeya, cerca del Puente Alsina.
Todavía no pude usar el Sistema Único de Boleto Electrónico.
Ningún colectivo me lleva, que fraude.


♫ Sube, Sube, Subeeeee...
bandera del amor, pequeño corazón...
y brilla como el sol, y canta como el mar. ♫


¿Qué? ¿Que te indique mi destino?
Ah, pero el destino no existe...
Bueno, capaz que si, pero no lo conozco. Aim Sorri.

Saturday, November 14, 2009

La historia de un chico común y su amor por la Coca Zero

"No amigo' ¡Eso no pasa eh!"
"¿Qué cosa? ¿El agua no pasa?"
"No, no podés pasar la botellita, tirala acá".

El diálogo lo inquietaba. Y el sol ardía de una forma inexplicable.
Era su botellita de agua Villa del Sur, esa que con tanto esfuerzo había comprado en el kiosco, y el tipo de control le estaba pidiendo que la deje...
Frustrado, no le da el gusto al muchacho y se la toma en frente de su cara.

Sabía que estaban vulnerando sus pertenencias pero si no se sometía a tal situación valdría el "derecho de admisión" que la empresa organizadora se reservaba y lo haría perder el show de su grupo favorito.
Pensaba que tal vez podría hacerles juicio, pero ya era cosa del pasado.
"Mejor me dejo de mariconear"

La música y los saltos lo exprimieron por más de una hora y la sed empezaba a hacer sus efectos.
Su organismo estaba virtualmente en proceso de derretirse.
"¡Agua, quiero agua!" "Uh, cierto que me la sacaron"
"¡Pero esto es el Pepsi Music!" "¡Pepsi, quiero Pepsi!"

Sus expectativas de garganta fría crecían de manera inversamente proporcional a la lejanía de los vendedores de gaseosa de marca oficial.
Le llamó la atención el formato de comercialización: no eran botellitas, sino vasitos.
Y nótese que no eran vasos, eran vasitos.
De pronto el buen señor proveedor de líquidos pronunció sus palabras, y la indignación pudo más que la sed.

"Son ocho pesos maestro"
"¿WTF?" (Solo un pensamiento)
"¡Ocho pesos por un vasito! No, gracias."

Todos le decían que era un tonto, que debía comprar, que se podía deshidratar, pero el tenía principios... y una ganancia del 800 por ciento no era ganancia, ya era abuso.

¡Es el Pepsi men! La Pepsi tienen que regalarla, ¿o para que ponen promotoras?
Los dulces rostros de un fraude disimulado en alegría y rock&roll.

Y esta es la historia de un chico común, que buscó alternativas para sentirse un poco mejor... olvidarse por un rato de la pasividad ajena y de la ley de oferta y demanda.
Microeconomía simple: Si no podés vender a ocho pesito' porque el público no acepta, vas a verte obligado a bajar el precio para que el mercado esté en equilibrio y la demanda vuelva a subir.

Además la elasticidad de la demanda de Pepsi en un recital es muy alta.
No es como el pan, que si sale el doble lo van a comprar igual... y si sale la mitad no voy a comprar el doble.
¡Es bebida! ¿Entendés empresario especulador?
Si la ponés a cinco mangos hasta me dejo estafar... pero ocho no viejo, ya me das en el orgullo.

¿Y sabés que hago?
Me voy con mi nueva compañera... ella sí que me entiende (?)



¡Para vos Pepsi Cola! In your face...

Saturday, November 07, 2009

Rock&Roll. Historias de ayer y de hoy

Hace algunos días me enteré de que mi papá era amigo de Miguel Abuelo.
Según me contaron se conocieron cerca de una plaza que hoy lleva el nombre del músico y un detalle más que interesante: mi viejo le arreglaba el auto de onda.
Hay cosas que no dejan de sorprenderme.

Es una lástima que ya ninguno de los dos esté por acá dando vueltas... podría haber sido sumamente divertido y enriquecedor hacer música con ellos y hablar de la vida.

En fin... me voy a rocanrolear la tardenoche del sábado.
(Y le hago propaganda gratis a la gaseosa)



En el Oeste está el agite, y en el Club Ciudad también.